Rojo Invisible
Por Láska Levine
La noche fue pintada de luces rojas y azules
de los vehículos que gritaban silenciosamente a los vecinos que algo sucedía en el tercer piso de aquel apartamento.
Solo el chisme se encargaría
de hacer correr pronto la voz de lo sucedido.
Tan solo por hablar; tan solo por curiosidad.
La policía y los forenses hacían más escándalo
que el mismo escenario de muerte.
Una muerte que había sido consumada varias horas atrás,
sin que nadie se percatara.
Una muerte, pintada de rojo;
inexplicablemente invisible.
Láska Levine
